Los ácidos grasos son importantes para que todos los sistemas del cuerpo funcionen normalmente, incluyendo su piel, el aparato respiratorio, la circulación, el cerebro y los órganos vitales. Disminuye los niveles de triglicéridos y colesterol. Promueve el correcto funcionamiento del sistema inmunológico. Previene la formación de coágulos en las arterias al impedir la agregación plaquetaria. Incrementa las transmisiones eléctricas del corazón por lo que regulariza el ritmo cardíaco y previene enfermedades cardiovasculares. Protege contra el cáncer, especialmente el cáncer de colon, de próstata y de mamas. Posee función antiinflamatoria y alivia el dolor de enfermedades como la artritis reumatoide y la enfermedad de Crohn. Promueve la producción de hormonas. Disminuye la presión arterial en personas con hipertensión leve. Fluidifica la sangre y protege al cuerpo de ataques cardíacos, apoplejías, derrames cerebrales, anginas de pecho, enfermedad de Raynaud, etc. Promueve la formación de membranas celulares. Promueve la correcta formación de la retina. Mejora el funcionamiento de las neuronas y las transmisiones químicas.Los ácidos grasos omega-3 son ácidos esenciales poliinsaturados (el organismo humano no los puede fabricar a partir de otras sustancias), que se encuentran en alta proporción en los tejidos de ciertos pescados y en algunas fuentes vegetales como el aceite de perilla, las semillas de lino, de chía y las nueces.Se ha demostrado experimentalmente que el consumo de grandes cantidades de omega-3 aumenta considerablemente el tiempo de coagulación de la sangre, lo cual explica por qué en comunidades que consumen muchos alimentos con omega-3 la incidencia de enfermedades cardiovasculares es sumamente baja.